Pekinés

Pekinés o Pequinés

El Pekinés o Pequinés actualmente es una de las razas caninas más llamativas y populares en todo el mundo. Estos perros, posiblemente, sean una de las razas más antiguas que se conocen. Poseen una apariencia felina muy peculiar que le da un parecido a un pequeño león. De ahí que también se les conozca como «perro león». Cuentan con un pasado glorioso y memorable en el que fueron considerados animales sagrados. Provienen de un linaje mítico puro y formaron parte de la realeza asiática. En esta guía del Pekinés os enseñaremos todo relacionado con esta adorable raza.

NombrePekinés
Otros NombresPequinés, Peiching Kou, Perro León Chino, Perro Sol, Spaniel Pekinés, Perro Dragón, Doguillo Mandarín
País de OrigenBandera de China China
Clasificación GeneralRazas de perros pequeños
Clasificación FCIGrupo 9: Perro de compañía; Sección 8: Spaniels japoneses y pekineses
Clasificación AKCGrupo 5: Toy (perros de compañía y de juguete)
UtilizaciónPerro de compañía
AlturaMachos: 20 cm, Hembras: 20 cm
PesoMachos: máx. 5 Kg, Hembras: máx. 5,4 Kg
Esperanza de vida12-14 años
CarácterDominante, territorial y digno
ComportamientoCariñoso, sensible y terco

Fotos del Pekinés

Definición y Origen

El Pekinés o Pequinés es una raza canina que se originó en Pekín (China). También se conoce como «Peiching Kou«, «Perro León Chino«, «Perro Sol«, «Spaniel Pekinés«, «Perro Dragón» o «Doguillo Mandarín«. El nombre de Pekinés es porque estos perros vivían encerrados dentro de los muros de la ciudad prohibida de Pekín.

¿De dónde viene o cuál es el origen el perro Pekinés? Esta raza procede de perros míticos lanudos que eran muy conocidos en la zona del Tíbet. Hoy en día, todavía conservan muchas características de aquellos ejemplares.

Sus antiguos orígenes se remontan concretamente en el Tíbet. Las primeras documentaciones sobre estos animales están datadas de hace 4000 años en grabados coreanos. Más tarde, en el siglo VIII d. C., también aparecen en documentos relacionados con la corte imperial china. Concretamente en la Dinastía «Tang», donde eran considerados como sagrados. Incluso existía un protocolo de actuación que tenían que respetar aquellos que estuvieran frente a ellos.

Durante muchos años fueron un capricho de las familias imperiales chinas y un gran privilegio para la alta nobleza. Además de ser el perro oficial del budismo.

Historia del Pekinés

El Pekinés posee una historia llena de riqueza. De ahí que sea una de las razas de perro más populares del mundo.

Sobre cómo surgieron, existe una leyenda muy popular en china. Cuenta que un rey león muy poderoso se enamoró perdidamente de una mona pequeñita. Estaba tan enamorado que le pidió permiso para poder casarse al Dios Mago «Hai Ho«. El cual se lo concedería si estaba dispuesto a sacrificar su fuerza y su tamaño. De esa unión nació el Pequinés, cariñoso y tierno como su madre y valiente y orgulloso como su padre. Además de tener un tamaño pequeño por parte materna y aspecto de león por parte del padre. De ahí que también se conozca como «Perro León Chino«.

Otra leyenda china dice que fue el propio «Buda» el que redujo un gran león al tamaño de un perro. De ahí también explicaría que se conozca como «Perro del Sol». No obstante es probable que en puesto de Buda, los crearon los emperadores chinos a través de perros medianos.

Símbolo del Budismo

Independientemente de cómo surgieron, lo cierto es que eran perros venerados por los monjes budista en China. Estos perros tenían unas características muy similares al león «Fu«, animal mítico de la tradición budista. Poseen un aspecto chato que recuerda al Pequinés y a otras razas de origen chino.

Los Leones de Fu se consideran los defensores de la ley y protectores. Se pueden encontrar custodiando numerosos edificios, palacios y casa en China. Al igual que ocurre con las gárgolas en Europa. Los leones machos se encargan de proteger a los miembros del hogar cuando viajan, y las leonas del hogar. En muchas ocasiones se representa a Buda montado sobre la espalda de ellos. De ahí que en la Antigua China se convirtieran en todo un símbolo de esta religión.

Por esa razón estos perros pasaron a formar parte de la realeza china. Incluso en muchas ocasiones tenían sirvientes humanos que se encargaban de todos sus cuidados. Vivían en los palacios reales separados del resto de perros y criados minuciosamente por los soberanos de la China Imperial. Estaban confinados en la Ciudad Prohibida en Pekín, sin contacto con el exterior de sus murallas.

Existen documentos que acreditan que se entregó galardones literarios a pequineses. Incluso a uno se le llegó a entregar la «Orden Oficial del Sombrero«. Que equivale al «Premio Nobel de la Paz» que conocemos en la actualidad.

Capricho del Imperio Celeste

Se convirtieron en capricho y pasión de las familias imperiales chinas durante siglos. Se mimaban y se consideraban seres divinos propiedad de la corte imperial. Hasta tal punto que con la muerte de un emperador se sacrificaba a sus pequineses. Ya que en aquella época existía la creencia de que en el más allá seguirían con ellos protegiéndolos. En el siglo XIX había ejemplares de esta raza por los palacios de las cortes del «Imperio Celeste«.

Durante esa época se crearon leyes especiales expresamente para ellos, ya que se consideraban la joya de la familia imperial. Eran muy respetados y llevaban una vida de reyes en la corte real. Donde se establecía unos protocolos y quienes no lo respetasen lo castigaban con la cárcel. El pueblo llano no podía mirar al emperador y, bajo pena de muerte, tenían que apartar la vista ante un Pequinés. Además, también se pagaba con la vida a todo aquel que robara, secuestrara o asesinara a uno de ellos.

En muchas ocasiones los pequineses se regalaban entre los monarcas asiáticos. Algunas de estas líneas continuaron en diferentes razas como el «Chin Japonés«, el «Tibetan Spaniel» y el «Pug o Carlino«. También se puede observar en el «Perro Happa«, que significa «perro de debajo de la mesa«. El cual se parecía bastante a un Pequinés de pelo corto. No obstante todos ellos tienen una relación muy estrecha en el pasado más que en la actualidad.

Parte de la nobleza china

Esta raza también formó parte de la más alta nobleza china durante mucho tiempo. Era todo un privilegio tener un Pequinés en propiedad, y no estaba permitido tener más de uno. También estaba totalmente prohibido su exportación y el acceso de las clases más bajas a estos perros. Ya que los ejemplares del palacio se consideraban de mejor calidad que los del pueblo. Éstos eran algo más grandes y tenían un aspecto mucho más recio y robusto.

Los nobles chinos fueron los que se ocuparon de la crianza. Buscaban la cara aplanada como el «Pug o Carlino» o el «Shih-Tzu«, ya que estaba vinculada a su mitología.

Emperatriz china Tzu-Hsi

La emperatriz china Tzu-Hsi fue la primera en establecer el estándar de esta raza. Desde que era la princesa de Pequín mostraba un gran interés en todos los animales de tamaño pequeño. También pasaba mucho tiempo disfrutando del canto de los pájaros canoros. Hasta el fin de sus días su gran pasión fue la cría de perros. Cuando era anciana, la llamaban cariñosamente «Vieja Buda«.

Ella puso fin a los métodos mecánicos y fármacos que se utilizaban para impedir el crecimiento de los perros pequeños. La finalidad de aplicar estos procedimientos era poder llevarlos en las mangas de los vestidos de las damas en la corte. De ahí que a este tipo de perros tan pequeños se les conocía como «perros de manga«. La emperatriz impidió estas costumbres y fomentó la cría natural. Estos métodos naturales se basaban en una cría selectiva para mantener el tamaño pequeño tan deseado.

La gran mayoría de los pequineses de la emperatriz eran de color castaño o rojo oscuro. Aunque también tenía ejemplares blancos, negros y algunos mezclados blanco y negro. Incluso algunos se criaron para que fueran en armonía con el color de las flores y la fruta de Palacio.

Descripción de la raza Pequinés

Aunque la descripción de la emperatriz Tzu-Hsi del Perro León es bastante extensa, se puede resumir de la siguiente manera:

  • El Perro León debe ser pequeño.
  • La cara debe ser negra y la frente recta y baja como la de un luchador por la armonía imperial.
  • Los ojos deben ser grandes y luminosos y la trufa como la del Dios Mono de los indios.
  • Sus patas delanteras deben estar dobladas para que no quiera irse lejos y abandonar los recintos imperiales.
  • El cuerpo debe tener la forma de un león cazador que espía a su presa.
  • Sus pies deben tener flecos para que no hagan ruido sus pasos.
  • Su color debe ser adecuado para cada de las vestimentas imperiales. El del león. El de un cibelino dorado para vestimenta amarilla. El de un oso rojizo, negro, blanco o listado como un dragón.
  • Debe comportarse con dignidad y aprender a morder a los demonios extranjeros al instante.
  • Tienen que lucir en su cuello su característico collar como símbolo de dignidad.
  • Podrá venerar a sus antepasados. Y depositar ofrendas en el cementerio de perros de la Ciudad Prohibida con cada luna nueva.

Estas palabras se consideran:

«Perlas derramadas por los labios de su Majestad Imperial Tzu-Hsi, emperatriz viuda del florido país de Confucio.»

Moon-tan

La emperatriz murió en noviembre de 1908 y al año siguiente se enterraron sus restos. En su funeral, uno de sus pequineses preferidos fue delante del féretro hasta la tumba. Este Pequinés se llamaba «Moon-tan«, que significa «poenía» y tenía en la frente una pequeña mancha blanca y amarilla. Lo que ocurrió después con este perro no se sabe con certeza. Hay quienes creen que murió de pena y otros dicen que uno de sus cuidadores lo robó y lo vendió.

Este protocolo ya se hizo 900 años con anterioridad en el funeral del emperador «Tai Tsung». Su perro «Tao Hua», que significa «flor de melocotonero», le siguió hasta la tumba imperial. Donde se dice que falleció de pena a los pies de su amo.

La emperatriz Tzu-Hsi se convirtió en una de las más grandes emperatrices de todo Oriente. Incluso ha sido comparada con la reina Victoria de Inglaterra.

Guerra de la Flecha

Era prácticamente imposible que un ejemplar Pequinés llegara a Europa. Ya que el contrabando de estos perros se castigaba con la muerte del infractor. Pero durante la conocida como la «Guerra de la Flecha«, se pudo introducir al Reino Unido.

Fue concretamente durante la «Segunda Guerra del Opio» (1856-1860). Se enfrentaron el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Francia contra la Dinastía «Qing» de China. El 6 de octubre de 1860 las tropas anglo-francesas tomaron la ciudad de Pekín. Antes de que llegaran a la Ciudad Prohibida se evacuó la casa imperial.

En el «Antiguo Palacio de Verano» se encontraron a cinco pequineses, posiblemente eran de una tía del emperador. La cual decidió quedarse y no huir con el resto de la corte imperial, y terminó suicidándose. No se sabe con certeza si estos cinco ejemplares se los quedó su dueña o se los olvidaron en la huida.

Existen numerosos relatos sobre estos perros del saqueo del Palacio de Verano. Uno de ellos cuenta que se lanzaron 6 ejemplares a un pozo antes de que los capturaran los «demonios extranjeros». Por otro lado, también hay quien dice que muchos de ellos los sacaron los cuidadores a escondidas del palacio. Y los vendieron a importantes nobles chinos arriesgando sus vidas.

El caso es que a partir de ahí se comenzaron a ver fuera de los muros de palacio. Y estos ejemplares eran muy parecidos a los que tenían con tanto mimo la familia imperial china.

Expansión por Europa

Los primeros pequineses que se tiene constancia en llegar a Gran Bretaña fueron los 5 capturados por las tropas británicas.

Uno de ellos llegó de la mano de «John Hart Dunne», capitán del ejército británico. Fue una hembra pequinesa tan pequeña que la llevaba en el interior de su gorra militar. La adquirió en uno de los campamentos del ejército francés y la llamaron «Looty«. Se la entregaron a la Reina Victoria, la cual la cuidó hasta que la perrita murió en 1872.

Looty tenía el pelo liso sin flecos densos, pesaba 1,4 Kg aproximadamente y era de color leonado y blanco. Tenía más parecido a un Lo-Sze, un Pug de tamaño juguete con la cara arrugada, hocico corto y cola rizada. Se cree que vivió en el castillo de «Windsor«, aunque posiblemente pasó más tiempo con otros perros que como mascota en el castillo. En 1863 un pintor de Sir Edwin Landseer la retrató en un cuadro.

Otros dos fueron llevados por «Lord John Hay». Uno era un ejemplar macho blanco y negro llamado «Schlorf«. Y el otro una hembra de color castaño oscuro llamada «Hytien«. Tenía una máscara oscura y pesaba poco más de 2 Kg. Ambos se los regaló a su hermana la duquesa de Wellington. Schlorf vivió 18 años, y ayudó a continuar la raza en la mansión de «Stratfield Saye», hogar de los duques de Wellington.

Los últimos dos ejemplares fueron llevados por Sir George Fitzroy. Eran muy pequeñitos, tenían el pelo de color castaño oscuro con la máscara oscura. A partir de estos dos ejemplares se originó la línea de «Goodwood».

Popularidad en Gran Bretaña

Además de aquellos cinco pequineses encontrados en 1860, también encontraron 14 ejemplares más en el Palacio de Verano. Los hallaron al derribar una puerta que se encontraba cerrada y eran perros pequeños con un aspecto muy extraño. Dos de estos ejemplares llegaron a Gran Bretaña y fueron el regalo de boda de Lord y Lady Hay. Estos pequineses se llamaban «Lara» y «Zin«, este último era de color blanco entero. Sufrió un accidente y adquirieron otro llamado «Foo«.

El almirante Sir William Dowell, en 1885, llevó a Gran Bretaña otra pareja procedente de China. Uno de ellos se lo entregó uno de los cuidadores de palacio por los servicios médicos prestados. Este perro es uno de los primeros y más influyentes en la cría de esta raza. Por sus montas cobraban una considerable suma de dinero.

En 1890 el Pequinés se presentó por primera vez en la exposición canina de Chester. A partir de ahí esta raza se dio a conocer por el resto de Europa. Su aspecto exótico hizo que se convirtieran en una mascota de compañía muy apreciada y popular.

Gracias a los grandes esfuerzos que se realizaron se consiguió traer más ejemplares a Europa. Dándose a conocer en Gran Bretaña, Francia e Irlanda a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Muy pronto se convirtieron en una raza muy popular y querida en toda Europa. Mientras crecía el número y la fama de estos perros en occidente, en China desaparecieron prácticamente.

Criaderos importantes de Gran Bretaña

El Pekinés comenzó a ser muy popular y aumentaba el número de ejemplares gracias a numerosos criadores. Aunque las primeras crías de pequinés se produjo en «Stratfield Saye» y en «Goodwood«. A finales de la década de 1890, Lord John Hay, contaba con al menos 17 ejemplares pequineses. Los tenía en Fulmar Palace (Slough, Inglaterra) y los llamaba «Peking Spaniels«. Existen documentos que describen cómo navegaban en pequeñas balsas y realizaban diversos ejercicios gimnásticos.

El criadero «Goodwood«, propiedad de la duquesa de Richmond, se fundó en 1787 para albergar a las jaurías de Foxhound. A finales del siglo XIX ya era un criadero muy famoso y había tenido otras razas de perro pequeñas. Por lo que es muy probable que ya tuvieran por esta época ejemplares pequineses como mascotas. Y algunos de ellos los regaló a sus más íntimos amigos aficionados a esta raza. Por supuesto todos ellos eran de la aristocracia.

Posteriormente hubo algunos criaderos que comenzaron la cría del Pekinés que fueron muy influyentes. Como por ejemplo uno de los más importantes fue el criadero de «Alberbourne«. El cual fue fundado después de la Primera Guerra Mundial por «Mrs. Clarice Ashton Cross«.

Expansión por América

Los primeros pequineses aparecieron en los EE. UU. al acabar la rebelión o levantamiento de los Bóxers. Movimiento o revuelta que surgió en China durante la dinastía «Qing» entre 1989 y 1901. Los Bóxers, sociedad secreta con connotaciones políticas practicantes de artes marciales, pretendían expulsar a los extranjeros.

Fue la emperatriz viuda Tzu-Hsi quien ayudó a introducir esta raza en el país. Ya que regaló varios ejemplares a importantes damas estadounidenses. Uno de estos ejemplares, un Pequinés de color negro, se lo regaló a «Alice«, hija de «Theodore Roosevelt«. También llegaron de China numerosos ejemplares de contrabando a manos de los cuidadores de estos perros en palacio. Más tarde muchos de los criadores interesados en la cría de esta raza los importaban directamente de Gran Bretaña.

En 1896 la raza del Pekinés fue reconocida por el «Kennel Club» y el «Japanese Asiatic Club«. En 1901 se exhibió en Estados Unidos el primer ejemplar Pequinés llamado «Pekín«. Al año siguiente se elaboró y se estableció su estándar oficial.

Más tarde, en 1906, comenzaron la inscripción de estos ejemplares en la American Kennel Club (AKC). Dos años después una hembra negra llamada «Chiaou-Ching-Ur» se convirtió en la primera pequinesa en ganar el título de Campeón. Esta perrita la crio la emperatriz viuda Tzu-Hsi y, por desgracia, no dejó descendencia.

A partir de ahí comenzaron a ganar popularidad más allá del mundo aristocrático pero aquellos con un alto poder adquisitivo. También se comenzó a potenciar la raza por todo el país. De ahí que los aficionados a esta raza fundaran el primer club americano de pequineses en 1909. El llamado «Pekingese Club of America«.

Características del Pekinés

Las principales características de la raza Pekinés es su pequeño tamaño, su nariz achatada y su abundante manto de pelo. Se caracteriza por tener una gran cabeza cubierta de pelo que la da un aspecto leonino. Es un perro robusto y equilibrado con una expresión inteligente y de estar siempre en alerta. A pesar de su pequeño tamaño son muy pesados cuando se les carga. Lo más destacado de esta raza es su osamenta pesada y su estructura corporal fuerte.

Posee un movimiento lento, muy típico de esta raza, con un paso digno y balanceado. Esta forma de moverse es natural y el balanceo no debe confundirse por algún tipo de deformidad del perro. Como por ejemplo un balanceo causado por tener los hombros sueltos.

Está clasificado de la siguiente manera:

  • Clasificación General: Se clasifican como una raza de perros pequeños.
  • AKC: Grupo 5: Como perros de compañía y de juguete.
  • FCI: Grupo 9: Perros de compañía y juguete: Spaniels japoneses y pekinés.
CabezaCuerpoColaPelaje

Cabeza

La cabeza es maciza y más ancha que profunda. Es proporcionalmente grande en relación con el cuerpo y tiene apariencia ovalada. El cráneo es moderadamente ancho, especialmente entre los ojos. Es aplanado entre las orejas y no debe estar abombado.

El stop es profundo y está bien definido. La cara está aplastada, casi vertical, si se ve de perfil con la nariz bien situada entre los ojos. La piel de la cara presenta pliegues.

Las orejas tienen forma de corazón y se encuentran bien pegadas a la cabeza. Están insertadas a nivel del cráneo en su parte delantera y cuelgan a los lados cerca de la cabeza. El pabellón no debe sobrepasar la línea del hocico. Presentan flecos muy abundantes y largos.

Los ojos son grandes, oscuros, redondos, prominentes y saltones. Tienen una expresión clara y se encuentran bien separados entre sí. Limpios, vivaces y brillantes. Algunos ejemplares, generalmente aquellos que presentan un color más oscuro, tienen una máscara negra alrededor de los ojos.

La nariz es ancha, ligeramente corta y negra. Su parte superior debe estar exactamente a la altura del centro de los ojos. Los orificios nasales son grandes y están bien abiertos. Presenta una leve y ancha arruga, preferentemente quebrada, en forma de «v» invertida. Esta va desde las mejillas hasta el puente nasal. El hocico es ancho y corto, aunque debe ser evidente. La trufa, situada entre los ojos, es negra, corta, chata y ancha, con los ollares bien abiertos.

La boca es ancha, corta y chata. Los labios están bien nivelados y no deben mostrar los dientes ni la lengua. Pero si deben exhibir la mandíbula inferior, que es muy fuerte, firme y poderosa.

Cuerpo

El cuerpo es pequeño y rectangular (más largo que ancho). Es moderadamente robusto, pesado y relativamente corto. La complexión es recia, sólida y profunda. La parte delantera del cuerpo es grande y ancha y la parte trasera es más normal y estrecha.

El cuello es grueso y muy corto. La línea superior se encuentra a nivel. Los huesos son pesados. La cadera está bien marcada y se distingue perfectamente. El pecho es amplio y profundo. Las costillas están bien arqueadas.

Los miembros anteriores son relativamente cortos y gruesos. Los antebrazos tienen unos huesos pesados, anchos y están ligeramente arqueados acomodados a las costillas. Los codos están pegados al cuerpo. Las patas delanteras son algo arqueadas y se ajustan con solidez al hombro. Los pies delanteros son grandes, planos, ligeramente hacia afuera y no redondeados.

Los miembros posteriores son fuertes y musculosos pero menos robustos que los anteriores. Las rodillas están bien definidas. Las patas traseras tienen una constitución más ligera que las delanteras. Los pies traseros son grandes, planos, no redondos y apuntan hacia adelante.

Cola

La cola es de implantación alta y la lleva con firmeza. Se encuentra ligeramente enroscada por encima de la espalda e inclinada hacia cualquiera de los lados. Presenta abundantes flecos largos.

Pelaje

El Pequinés tiene un pelo largo y liso, de melena abundante. No debe extenderse más allá de los hombros y debe formar una melena alrededor del cuello. El manto está formado por una doble capa de pelo o manto doble.

La capa superior o externa es un pelo bastante duro, áspero, recto y largo. Este manto es abundante y suele hacer más corpulento al perro de lo que es en realidad. Con frecuencia suele llegar hasta el suelo, aunque no debe impedir el movimiento del perro. La capa inferior o interna es de una lanilla densa, suave y exuberante.

En las orejas, cola, pies y parte posterior de las extremidades presenta un tupido pelaje con flecos abundantes. Estos se les conocen como «plumas» y son típicas de esta raza. El pelo de las orejas es tan abundante que se pierde entre el resto del manto perro.

Color del Pelo

El color del manto de esta raza es muy variado y pueden ser bicolores e incluso tricolores. Es muy común encontrar ejemplares con una mezcla de zonas castañas, crema y rojizas. En ejemplares que presenta el manto con colores partidos deben tener las manchas simétricas y bien distribuidas. Además los colores deben estar perfectamente bien diferenciados.

En cuanto a la máscara el estándar no fija ningún tipo de color. No obstante se prefiere una máscara negra que contraste con el tono del color del pelaje.

El estándar de la Federación Cinológica Internacional (FCI) admite todos los colores para el manto y para la máscara. Excepto el color hígado y el Pequinés albino. Los colores más comunes son:

  • Amarillo o dorado: En todas sus tonalidades.
  • Gris
  • Rojo con franjas negras: La máscara también es negra.
  • Crema o canela

También podemos encontrar ejemplares negros, blancos y castaños y pueden o no contener algunas manchas en el pecho.

¿Cuánto mide y pesa un Pekinés?

El estándar de la FCI de esta raza no establece ninguna medida específica. Sin embargo la estatura de estos perros deben ser lo suficientemente pequeña para que parezcan muy pesados. De hecho no debe resultar fácil cargar con ellos a pesar de su pequeño tamaño. A diferencia de lo que ocurre a la mayoría de las razas de tamaño similar.

No obstante su tamaño ideal, en general, es de 20 cm. Aunque puede oscilar entre los 15 y 25 cm de altura a la cruz. Y nunca deben sobrepasar los 25 cm.

Por el contrario el estándar sí establece un peso ideal para estos ejemplares. En los machos el peso no debe exceder de los 5 Kg, y en las hembras no más de 5,4 Kg. No obstante pueden llegar a pesar desde los 2 Kg hasta los 8 Kg en su edad adulta.

En esta raza las hembras suelen ser un poco más grandes y pesadas que los machos. Una característica que no sucede en la mayoría de las razas de perros.

¿Cuántos años viven?

El Pekinés es una raza muy longeva ya que su esperanza de vida ronda entre los 12 y 14 años. El «Kennel Club» de Reino Unido realizó un estudio acerca de la esperanza de vida de esta raza. Y de acuerdo con esa encuesta, llegó a la conclusión de que viven 11 años y 5 meses aproximadamente.

El Pekinés de manga

Los Pequineses conocidos con el término de «Pekinés de manga«, son ejemplares miniatura de esta raza. Esta versión de Pekinés fue muy apreciada y popular por la familia imperial china. Querían que fueran tan diminutos para poder llevarlos en el interior de la manga de las damas. Por eso se criaban ejemplares de todos los colores, para que fueran conjuntados con los colores de sus vestimentas.

Hoy en día todavía existen muchos aficionados seguidores de los Pekineses de manga. Incluso tienen su propio club para perros de esta diminuta variedad.

Estos Pekineses enanos pueden aparecer en una camada de cachorros en la que todos tengan un tamaño normal. E independientemente del tamaño del padre y la madre. No obstante, algunos criadores amantes de estos ejemplares se quedan con algunos perros machos buenos para la cría. En cambio las hembras manga no suelen utilizarse para este fin. Ya que podrían dar cachorros de tamaño normal y correrían un riesgo importante durante el parto.

Temperamento del Pekinés

El temperamento de estos ejemplares es muy peculiar y característico de la raza. Poseen un carácter fuerte y valiente a pesar de su pequeño tamaño, aunque no son nada agresivos. Un Pequinés nunca debe ser tímido y rara vez mostrará miedo. Es un perro digno, refinado y a veces puede llegar a ser un poco presumido. Esto recuerda a su origen aristocrático.

También destacan por su serenidad, lealtad y por mostrar seguridad de sí mismos por naturaleza. De ahí que no tendrán problemas ni dudarán en desafiar y enfrentarse a perros mucho más grandes que ellos. Al igual que a cualquier persona, ya sean sus dueños o desconocidos. Saben defenderse perfectamente.

Pueden ser un poco dominantes y territoriales. Poseen una inteligencia muy agudizada. Ocupan el puesto número 73 en la clasificación de Stanley Coren sobre la inteligencia de los perros.

Comportamiento del Pekinés

El Pequinés es una de las razas más tranquilas y raramente se le escuchará ladrar. Son bastantes independientes, reservados y algo testarudos. Suelen estar en alerta continuamente y están atentos a todo lo que sucede a su alrededor. Por eso son unos excelentes perros guardianes.

Normalmente no les gusta que los molesten y creen que pueden hacer lo que quieran siempre. En algunas ocasiones dejan ver su mal genio y exigen todo aquello que cree que le pertenecen. A veces también pretenden ser el centro de atención de la casa y de todo lo que suceda. Tienen sus gustos muy bien definidos y claros, y si su amo no los cumple, mostrará su descontento sin dudarlo.

Son muy cariñosos y sensibles, y saben detectar el estado de ánimo de su amo. Si está enfadado puede molestarse. Son muy activos, vivaces y juguetones. Les divierte pasar el rato entretenidos con algún juguete. No obstante, por su hocico chato, deben ser planos para que puedan sujetarlos bien con la boca. Una pelota, por ejemplo, les costaría morderla.

La relación con otros perros es bastante especial. Generalmente se suelen llevar razonablemente bien con otros perros, en el sentido de que no se molestan por ellos. Además ellos se ocupan de sí mismo. Con lo que se mostrarán algo despreocupados y poco complacientes con ellos.

Sin embargo intentarán imponerse aunque el otro perro se mucho más grande que ellos. Pero nunca llegará a mostrar agresividad hacia ellos. En algunas ocasiones pueden ser exigentes y especiales cuando tengan que relacionarse con otros perros de la calle.

Con otras mascotas, generalmente, no suelen dar problemas, aunque dependerá del grado de socialización que tengan.

Con los extraños suelen mantener las distancias. No les gustan los desconocidos y no dudarán en avisar a sus dueños de la presencia cercana de alguno de ellos. También alertarán de cualquier ruido extraño o fuera de lo normal que escuchen en casa. No ladrarán en exceso pero sí realizarán una serie de sonidos alertando de alguna anomalía de forma inmediata.

Con la familia se muestran muy dulces y cariñosos y les encantan pasar el rato recibiendo mimos. Establecen una conexión y una unión muy fuerte con sus amos. Y les encanta pasar mucho tiempo con ellos y se muestran complacientes, sensibles y atentos. Aunque son muy independientes y no les gusta que los manoseen excesivamente.

Les gusta tomar sus propias decisiones y ellos deciden «quién» quiere que sea su dueño. Incluso deciden en qué momento quieren pasar el rato con la familia. Pueden llegar a ser bastante posesivos y algo dominantes con sus amos.

El trato con los niños es bastante complejo. Por eso esta raza no es muy apropiada para las familias con niños pequeños. El motivo por el cual no tolera muy bien a los niños es su falta de paciencia. Además tampoco les resulta divertido ni entretenido los juegos interminables y rudos a los que los niños pretenden realizar. Incluso prefieren que no les persigan.

Por otro lado, por su carácter posesivo y dominante con sus amos, pueden desarrollar ciertos celos hacia los más pequeños de la casa.

Enfermedades del Pekinés

El Pekinés es una raza que, por lo general, suele gozar de muy buena salud. A pesar de tener un tamaño pequeño es un perro bastante sano, fuerte y robusto. Posee una gran resistencia innata ante muchas de las enfermedades más comunes de los perros de su tamaño. Incluso algunos de estos ejemplares parece que tienen una increíble capacidad de recuperación.

No obstante estos perros pueden sufrir algunos problemas de salud por su genética y por su estructura. Es decir, por las características físicas que presenta esta raza. Principalmente tienden a sufrir problemas oculares, respiratorios y cálculos renales.

Enfermedades oculares

Uno de los problemas que más les afectan a los pequineses son aquellos relacionados con la vista. Los ojos son una de las zonas más sensibles ya que los tienen bastante grandes y saltones. Y esta característica hace que puedan sufrir fácilmente cualquier daño, roce, golpe, etc… Y por lo tanto, pueden presentar diferentes heridas, infecciones, úlceras, etc…

Estos perros son propensos a sufrir determinadas enfermedades de la vista como:

  • Cataratas: Es la pérdida de transparencia de la lente que ayuda a ver mejor, el cristalino. Pueden ser cataratas juveniles o prematuras pueden desarrollarlas en la edad de adulto. también pueden causarla por irritaciones por el pelo.
  • Triquiasis: Es una alteración de las pestañas. Estas crecen con una anomalía en dirección al ojo ocasionando roces en la córnea y la conjuntiva.
  • Distiquiasis: Es el crecimiento anormal de pequeñas pestañas en el interior o en el borde de los párpados.
  • Atrofia progresiva de la retina: Es la destrucción de las células de la retina de ambos ojos. Este proceso se produce de forma progresiva hasta terminar en la pérdida total de la visión del perro.
  • Síndrome del ojo seco: Es una inflamación que afecta a las glándulas lagrimales, la córnea y a conjuntiva del ojo.

Algunas de estas afecciones se producen por el propio roce de su pelaje. O incluso por el roce de hierbas o ramillas que pueda encontrar paseando por el parque. Por eso debemos tener cuidado y llevarlo al veterinario si notamos cualquier anomalía en sus ojos. También es bueno limpiar con frecuencia el pelo de alrededor de esta zona.

Problemas respiratorios

Según una encuesta realizada por el «Kennel Club» de Gran Bretaña un 23% de pequineses mueren por problemas respiratorios. De hecho las enfermedades de tipo cardíaco son la principal causa de muerte seguido de la vejez con un 21,8%.

Por su hocico, chato y corto, son susceptibles de sufrir ciertas patologías respiratorias. Muchas de ellas no son exclusivas de ejemplares ancianos y no todas estas enfermedades cardiacas son hereditarias. Existen muchos tipos de los cuales podemos destacar los siguientes:

  • Síndrome braquiocefálico: También se denomina síndrome respiratorio de los braquicéfalos. La propia palabra define la causa que lo provoca, «braqui» significa «acortado» y «céfalo» significa «cabeza«. Es decir, el Pequinés posee unos huesos nasales muy cortos que les hace tener el hocico chato. Además del Pekinés, existen varias razas braquiocefálicas. Como el Bulldog Inglés, Bulldog Francés, Bóxer, Carlino o Pug, Shar Pei, Lhasa Apso, Dogo de Burdeos y Mastín Napolitano. También tenemos al Boston Bull Terrier y al Shih Tzu.
  • Disnea: Es la dificultad para respirar al aumentar la frecuencia, el ritmo y el carácter de la respiración. Puede ser causado por alguna enfermedad respiratoria, cardiaca o por intoxicación, anemia, obesidad, exceso de ejercicio, golpe de calor, etc…
  • Estenosis de ventanas nasales: La ventanas nasales estenóicas son aberturas anormales estrechas por una malformación de los cartílagos nasales. Carecen de rigidez y se colapsan causando una restricción del flujo de aire.
  • Paladar blando elongado: Es una anomalía congénita. Es cuando el perro lleva el paladar blando hacia el caudal en cada inspiración obstruyendo el paso de aire.
  • Eversión de los sáculos laríngeos: Es la inflamación de la capa mucosa que recubre las dos cavidades que separan las cuerdas vocales. Esto provoca que el flujo de aire induzca a una irritación constante y los sáculos laríngeos impidan la entrada de aire.

Cálculos Urinarios

El Pekinés, al igual que las demás razas pequeñas, es propenso a desarrollar problemas urinarios. En parte se debe principalmente a que beben menos agua. Por eso la orina está más concentrada y orinan con menos frecuencia que los perros más grandes.

El sistema urinario de un perro incluye los riñones y la vejiga. Estos órganos procesan y eliminan los productos de desecho del organismo. Si hay problemas y no lo realizan correctamente no pueden aparecer infecciones y cálculos. Produciendo molestias a nuestro perro y afectando a su salud.

Los cálculos urinarios es cuando hay una concentración muy alta de ciertos minerales en la orina del perro. En ellos, suele aparecer piedras en la vejiga, a diferencia de los humanos que aparecen en los riñones.

Otras enfermedades

Dentro de su poca variedad genética, es susceptible que padezcan de algunas enfermedades hereditarias. Como por ejemplo la degeneración de los discos intervertebrales y luxación de rótula. Además también pueden sufrir diferentes problemas como:

  • Laringitis y faringitis: Aunque son bastante molestas, con tratamiento no suelen ser muy graves ni dar complicaciones.
  • Golpes de calor: Esta raza no tolera muy bien las temperaturas extremas y es muy sensible al calor. Esto se debe principalmente por su largo pelaje.
  • Semillas de hierba: Esta raza es muy baja de estatura y poseen un pelaje muy largo. Esto hace que se queden enganchadas las semillas de hierba en su pelaje llegando hasta la piel. Incluso pueden quedarse clavadas en los orificios nasales o entre las almohadillas de los pies provocándoles dolor. Es importante prestarle atención y retirarlas lo antes posible.
  • Ronquidos y resoplidos: Son circunstancias que suelen preocupar mucho a los dueños de estos perros, especialmente con poca experiencia. Sin embargo es muy común en razas con el hocico chato. No obstante, aunque no es un problema grave, sí es conveniente estar atento por si lo hace en exceso.

Cualquier síntoma anómalo que notemos en relación con estos problemas debemos acudir a un veterinario. Al igual que ocurre en otras razas de perros, el Pequinés cuando está enfermo puede ser bastante arisco.

Cuidados del Pekinés

Esta raza es bastante sencilla en cuanto a sus cuidados se refiere ya que no requiere atenciones específicas. No obstante el pelaje sí requiere más atención ya que cuesta un poco mantenerlo en perfectas condiciones. Sin embargo, siguiendo una serie de pautas básicas y sencillas, nuestro Pequinés tendrá un aspecto ideal. Además, llevando a cabo unos buenos cuidados, conseguiremos mantenerle en un buen estado de salud.

Estos perros aman la comodidad del hogar, de ahí que se consideren mascotas hogareñas. Por eso son aptos para cualquier tipo de piso o apartamento, ya sea pequeño o grande. Únicamente precisan de un pequeño rinconcito acondicionado para poder dormir sin problemas. No necesitan grandes espacios para correr y se adapta a la vida interior perfectamente.

Por su pequeño tamaño se adaptan muy bien a la vida urbana. También pueden vivir en el campo, pero es probable que sufran lesiones por las ramillas y arbustos. Además tendríamos que dedicar mucho más tiempo al cuidado de su pelaje ya que se ensuciaría bastante.

Como a la mayoría de los perros no les gusta pasar largos periodos de tiempo solos. Aunque sea una raza independiente, necesita compañía para que psicológicamente estén sanos. Si viven aislados pueden desarrollar ansiedad por separación. Únicamente con tenerlos en la misma habitación con su familia se sentirán felices. No necesitan estar todo el tiempo acariciándolos ni teniéndolos en brazos.

Esta raza, por su gran pelaje, soportan mejor los climas frescos que los calurosos. En cuanto al coste de mantenimiento de un Pequinés es bastante bajo. No requiere grandes cantidades de comida y su higiene no requiere mucho esfuerzo ni tiempo. Por su morro chato se aconseja utilizar comederos poco profundos.

Alimentación

El Pekinés es una raza pequeña y no necesita comer grandes cantidades de comida. Intentarán convencernos de que tienen más hambre, pero no debemos caer es ese juego. Debemos darles lo justo y necesario que requieran para su edad. De no hacerlo, es muy probable que coja sobre peso y afecte seriamente a su salud. Es importante saber que esta raza tiene tendencia a la obesidad.

¿Qué come un Pekinés? A nuestro Pequinés debemos proporcionarle una dieta lo más equilibrada posible y de buena calidad. Estos perros necesitan un pienso de alta calidad especial para razas pequeñas. Durante la etapa de cachorro y adulto debemos proporcionarles una alimentación alta en proteínas. Además también necesitan suplementos vitamínicos recomendados por el veterinario para fortalecer su sistema inmune y evitar la obesidad.

Generalmente se recomienda darles un alimento seco, aunque es probable que no lo admitan bien. Si ocurre esto, podemos añadir alimentos semi-húmedos o algo de comida enlatada. No obstante no debemos abusar de estos alimentos y limitar su consumo ya que son conservantes y contienen azúcar. Además tampoco es bueno para su masticación alimentarlos siempre con alimentos blandos.

También podemos darles comida casera o una dieta natural, siempre recomendada y supervisada por un veterinario. Por el contrario debemos evitar premiarlos con alimentos calóricos o ricos en carbohidratos y grasas. Como galletas o golosinas, ya que ayudan a su natural tendencia de coger peso.

¿Cuánto come un Pekinés? Debemos darles la cantidad adecuada para mantenerlos en perfecto estado de salud. Si utilizamos pienso debemos limitar a la cantidad que marca el etiquetado del pienso. Si es casera, la cantidad que nos recomiende el veterinario.

¿Cuántas veces hay que darles de comer? Debemos distribuir su alimentación en 1 o 2 raciones al día. Nunca debemos darles más de 2 comidas al día.

Higiene

En cuanto a la higiene el Pekinés es una raza que no requiere mucha dedicación por su pequeño tamaño. Tampoco hay que dedicarles demasiado tiempo para mantenerlos limpios y bien aseados. Su pelaje no es difícil mantenerlo pero sí requiere bastante más dedicación si queremos tenerlo en perfectas condiciones.

Es importante mantener una higiene de forma regular para establecer una buena convivencia. Ya que al ser ejemplares muy pequeños tendemos con frecuencia a cogerlos en brazos.

Baño y secado

El manto del Pekinés tiene bastante tendencia a ensuciarse ya que generalmente está en contacto con el suelo. No obstante tanto el baño como el secado no requieren mucho esfuerzo ni tiempo. Con un buen baño, además de mantenerlos limpios, eliminaremos el pelo muerto y oxigenaremos su piel. De esta manera facilitaremos el crecimiento de su nuevo pelaje.

¿Dónde bañar a un Pekinés? El baño podemos realizarlo en cualquier bañera ya que son ejemplares muy pequeños.

¿Cada cuánto tiempo hay que bañarlo? Es necesario bañarlo una vez al mes. El primer baño de cachorro debe realizarse a los cinco meses de vida. Es justo cuando comienza la muda de pelo del cachorro al de adulto. Este nuevo pelo tendrá una mayor textura.

¿Cómo bañarlo? El agua de la bañera debe tener una buena temperatura. Lo ideal es que el agua esté templada en verano y un poco más caliente en invierno. Para el baño utilizaremos un champú suave específico para perros. Una vez bien enjabonados, retiraremos todo resto de jabón con abundante agua. Si queremos podemos utilizar algodones en los oídos para que no les entre agua y evitar otitis.

Una vez realizado el baño comenzaremos con el secado. Para ello utilizaremos una toalla o un secador eléctrico. El secador debe estar suficientemente separado del cuerpo y a una temperatura no demasiada alta. De esta manera no sufrirá daños el pelo ni daños en su delicada piel.

Cepillado

El manto de un Pekinés requiere unos cuidados muy constantes. Es fundamental que el cepillado se realice correctamente. Es importante acostumbrarlos desde cachorros a cepillarlos y peinarlos para que no den problemas de adultos. Edad en la que el cuidado del pelo empezará a ser más exigente y demandará más tiempo. No requieren de ningún corte ni peinado especial.

Antes, durante y después del cepillado podemos rociarlos con polvos de talco o algún champú seco sobre el manto. También podemos aplicar productos específicos para aumentar la suavidad del pelaje.

¿Cómo cepillar a un Pekinés? Una forma sencilla de realizarles perfectamente el cepillado es poniéndolos panza arriba cepillándoles el pecho y axilas. Después podemos colocarlos de lado cepillándolos de dentro hacia afuera por capas de pelo.

¿Qué debemos utilizar para el cepillado? Podemos utilizar un cepillo de púas metálicas con puntas redondas para el subpelo. Esta subcapa de pelo es muy densa y tiende a enredarse con frecuencia resultando muy complicado eliminar los nudos que se forman. De hecho este subpelo debe ser lo más abundante posible para las exposiciones.

Debemos prestar mucha atención a los pelos del vientre, de las patas y de las articulaciones. Son las zonas donde es más probable que se produzcan enredos y nudos. Además pueden esconderse con facilidad en el pelaje pulgas y garrapatas. Para evitarlo podemos utilizar un peine de púas gruesas.

¿Cuántas veces hay que cepillarlos? Es necesario realizar los cepillados cuidadosamente de forma habitual. Se recomienda cepillarlos 4 o 5 veces por semana, aunque si es posible debemos cepillarlos una vez al día. Así evitaremos los nudos o bolas de pelo, lucirán un pelaje brillante y sano y soltarán menos pelo.

Si no disponemos del tiempo ni medios necesarios es conveniente acudir a una peluquería canina.

Otros cuidados

Debemos tener especial cuidado con la cara para que no se produzcan infecciones en los pliegues faciales. Por su cara chata y su nariz corta, es propensa a acumular lágrimas y mucosidad. Por eso es importante limpiarla una vez al día con una toallita seca.

Lo ojos también debemos limpiarlos con regularidad para evitar enfermedades e infecciones. El pelo que crece entre las almohadillas debemos recortarlo. Al igual que las uñas también debemos mantenerlas cortas revisándolas después de cada baño.

Si hemos amputado los espolones nos resultará más fácil vigilar y cortar sus uñas de forma regular. Ya que se desgastarán de forma natural al estar en contacto con el suelo. Si dejamos que crezcan, se curvarán y podrán clavarse en la pata provocándole bastante dolor. Aunque no existe ninguna estipulación sobre si amputar o no los espolones, muchos criadores lo aconsejan. Y generalmente suelen extirparlos a los cachorros cuando cumplen los 3 días de vida.

La higiene dental es otro aspecto que debemos mantener de forma habitual. Con un buen cepillado dental conseguiremos que sus dientes no acumulen placa bacteriana ni sarro. Además también evitaremos enfermedades como la «gingivitis» y el incómodo mal aliento de nuestro Pequinés. Esta limpieza de dientes debemos acostumbrarlos desde cachorros realizándolos varias veces a la semana. Ya que tienen un fuerte carácter y cuanto antes comencemos más fácil nos resultará de realizarlo de adultos.

La cartilla de vacunación debe llevarse al día rigurosamente. El veterinario suministrará las dosis correspondientes y establecerá el calendario de vacunación. Además es importante visitar al veterinario al menos una vez al año y siempre que notamos algún síntoma extraño.

Para combatir las pulgas, garrapatas y gusanos intestinales podemos utilizar las pipetas o collares antiparasitarios. Éstos suelen atacar cuando llega el buen tiempo.

Ejercicio

El Pekinés no requiere realizar mucho ejercicio, de hecho no les gusta nada el ejercicio físico. No obstante, aunque se suele pensar que no les hace falta, realmente sí lo necesita. Sobre todo para mantenerse en buena forma física y para evitar uno de sus mayores problemas que es la obesidad.

Estos perros se adaptan muy bien a la vida familiar y únicamente necesitan realizar un ejercicio moderado. Por eso dando unas cuantas vueltas por nuestro jardín o patio sería suficiente y se sentirán felices. Incluso con algún juguete apropiado para ellos también cubriría esa necesidad.

Sin embargo es recomendable sacarlos a pasear para controlar su temperamento y conseguir una buena socialización. Por su constitución y forma de su cráneo y por su carácter especial, no les gustan los paseos muy largos. Por eso no debemos forzarlos ni tampoco llevarlos a sitios con bastante ruido. Lo ideal es sacarlos a dar pequeños paseos varias veces al día.

Estos paseos diarios, ya sean cortos o moderados, tendrían que oscilar entre 15 y 20 minutos. Además de algún juego no muy intenso en casa. El Pequinés es una raza muy tranquila que le encanta la comodidad del hogar. Por lo que posiblemente nos costará sacarlo a pasear. Cuando realizan alguna actividad física suelen confundirse y creer que es un juego.

Es importante evitar los paseos en verano especialmente en las horas de sol intenso. Ya que no toleran muy bien las altas temperaturas y son muy susceptibles de sufrir golpes de calor. De hecho, en días muy calurosos, preferirá tumbarse a descansar en algún sitio fresco. Cuando vayamos al monte o la playa debemos llevar bastante agua fresca. Sobre todo por si sufre algún tipo de problema respiratorio debido al cansancio o fatiga.

Educación

El Pekinés es una raza muy complicada de educar debido principalmente a su temperamento y carácter. Generalmente no les gusta obedecer y suelen considerarse perros tercos y difíciles de educar y entrenar. De ahí que muchos entrenadores caninos los consideran, equivocadamente, «perros tontos«.

Por eso debemos comenzar su educación a una edad temprana, entre los 2 y 4 meses del cachorro. Si no los acostumbramos desde pequeños nos costará mucho conseguir que estén bien educados. Incluso algo tan simple como ponerles el collar para salir a pasear, resultará complicado. Ya que no aceptan que limiten sus movimientos y su libertad. Son muy independientes y reservados y tienen tendencia a desarrollar conductas problemáticas si no los educamos correctamente.

Por norma general atienden cuando se les hace alguna caricia o halago, algo a lo que están acostumbrados. Por eso debemos utilizar las técnicas adecuadas para educarlos correctamente. Es fundamental tener firmeza y constancia para que adquieran un comportamiento agradable para una buena convivencia.

Un Pequinés puede llegar a ser un perro muy obediente y conseguir enseñarle algunas conductas. Como por ejemplo algunos hábitos de higiene, que hagan sus necesidades biológicas en algún lugar especialmente para él.

Socialización

Es importante socializarlos con otras mascotas, personas y entorno desde cachorros. De esta manera conseguiremos que puedan mantener una buena relación y no causarnos problemas. Poseen un fuerte temperamento y pueden meternos en alguna situación comprometida. No obstante, no son tan sociables como otras razas de perros de compañía.

Si realizamos correctamente y de forma constante esta socialización lograremos tener un perro muy sociable y afectuoso. Para ello es importante comenzar desde cachorro en sus primeras salidas a pasear.

Adiestramiento del Pekinés

Aunque no suelen obedecer ciegamente a lo que se le dice, sí se le pueden enseñar algunas reglas básicas. Especialmente si no queremos que nuestro Pequinés adquiera un carácter difícil y muy autoritario. Para conseguir unos buenos resultados debemos adiestrarlos con mucha paciencia y firmeza.

Realmente adiestrar un Pequinés no es una tarea difícil ya que son muy inteligentes. Pero sí es cierto que son bastante tercos y obstinados si le damos órdenes de forma autoritaria. Por eso debemos enseñarles con mucha paciencia y tratarlos con mucho cariño. Si no será complicado que nos obedezcan.

La manera más sencilla y rápida de adiestrarlos es mediante el refuerzo positivo. Es decir, premiarlos con mimos y buenas palabras cada vez que realicen un buen comportamiento. Con los castigos y gritos únicamente lograremos que se sientan molestos y ofendidos y desarrollen conductas muy destructivas. Incluso pueden volverse ladradores e impulsivos de agresividad como por ejemplo dar pequeños mordiscos.

También podemos entrenarlos con facilidad y que respondan a muchas órdenes de obediencia canina. Para ellos podemos practicar habilidades caninas, juegos de inteligencia y obediencia. Mejoraremos nuestro vínculo con ellos y evitaremos problemas de conducta.

Cachorro Pekinés

Antes de adoptar a un ejemplar de esta raza debemos plantearnos si podemos ofrecerle una buena educación. Además del cariño, la compañía y el afecto que va a necesitar. Por eso, el propietario de un perro Pequinés debe ser una persona que pueda prestarle la atención necesaria. Y por supuesto, garantizar una buena alimentación, jugar con ellos, darles caricias, etc…

El cachorro debe sentirse cómodo, bien atendido y hacer que se sienta feliz en el hogar. Aunque son muy independientes necesitan compañía ya que no les gusta vivir aislados. Si pasan mucho tiempo solo pueden desarrollar comportamientos negativos como ansiedad por separación, gruñidos, obsesivos, dominantes, celos, ladridos, etc…

Esta raza es perfecta para personas o familias que no tengan niños muy pequeños que busquen una mascota de compañía. Especialmente que sea pequeña, leal y con carácter. También es perfecta para personas mayores ya que apenas requieren ejercicio y, por su tamaño, son fáciles de manejar. Y además también son ideales para propietarios primerizos y para familias sedentarias.

Gestación del Pekinés

La gestación del Pequinés debe ser monitoreado por un veterinario. Ya que la hembra debe ser montada por un perro que tenga el peso y altura similar a ella. Ya que de no ser así puede producirle alguna lesión considerable. Una vez realizado con éxito la concepción, la hembra debe llevar una alimentación balanceada. Además de sus dosis de vitamina y calcio recomendadas por el veterinario.

¿Cuántos cachorros tiene un Pekinés? La camada de cachorros varía dependiendo de la hembra. Aunque en buenas condiciones de salud, generalmente, suele ser de 3 a 4 cachorros. Son muy pequeñitos al nacer y tardan un par de días para poder levantarse e ir cerca de la madre.

Es importante que un veterinario los revise y los vacune para evitar enfermedades comunes en esa edad. Cuando son cachorros suelen ser muy activos.

¿Cuánto cuesta un Pekinés?

Nosotros siempre recomendamos adoptar antes de comprar cualquier raza de perro. Uno de los motivos principales es para dar una nueva oportunidad a esos perros abandonados que no tienen un hogar. De hacerlo, se recomienda adquirirlo en centros especializados o a criadores de confianza. Si la compra la realizamos por internet debemos tener mucha precaución. Y sobre todo asegurarnos que está en perfectas condiciones.

No obstante, si queremos adquirir un ejemplar «Pekinés Imperial«, no nos costará encontrarlo. Y su precio puede oscilar desde los 300€ hasta los 1.500€ dependiendo del pedigree que tenga. Es importante asegurarnos que posean su pedigree, cartilla de vacunación al día y garantías de que está bien de salud.

Curiosidades

Uno de los tres perros que sobrevivieron al naufragio del Titanic (1912) fue un Pequinés llamado «Sun Yat Sen«. Era propiedad de un millonario inglés llamado Henry Harper.

En los cuadros de la China Imperial, se puede comprobar que el Pequinés y el Carlino eran dos razas diferentes. Los artistas de la corte eran los encargados de retratar a los perros de palacio. Aparecían pintados con unas manchas bastante uniformes, con la misma expresión y con los ojos grandes y saltones. Existe un pergamino con un centenar de perros pintados por «Tsou Yi-Kwei».

Antes de la era cristiana estos perros aparecían en numerosas obras de bronce. Después aparecían perros más pequeños en cerámica y porcelana en forma de leones. En el arte budista chino se utilizó simbólicamente un león sagrado, hasta que se permitió que lo representara el Pekinés.

Los activistas de los derechos de los animales critican los estándares raciales de esta raza. También se oponen a las prácticas de las exposiciones caninas por la disnea que sufren con frecuencia. Creen que es perjudicial para el estado de salud de estos animales. Por eso, recientemente, en el Reino Unido se han producido unos cambios en los estándares raciales con pruebas obligatorias de salud. Cambios gracias al documental de «Los secretos del pedigrí».

El Pekinés se conoce popularmente en Inglaterra con el nombre de «Peke«.

Considerado como la encarnación del legendario «Perro Fu«, se creía que eran capaces de ahuyentar los malos espíritus. De ahí que siempre se asociara esta raza con el mundo divino.

Debido a las exigencias de las competiciones caninas, durante el siglo XX, el Pequinés evolucionó. Se redujo su tamaño, se alargaron sus orejas, se acható el morro y aumentó considerablemente su pelaje.

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