Dogo del Tíbet

Dogo del Tíbet o Mastín Tibetano

El Dogo del Tíbet o Mastín Tibetano es un de las razas orientales más antiguas que existe hoy en día. Poseen un increíble aspecto parecido al de un león y un gran rugido similar al de un oso. Posiblemente estas dos características junto con su monumental volumen les haga el perro más imponente del mundo. En esta guía del Dogo del Tíbet os mostraremos todo acerca de esta magnífica raza. Desde su origen e historia hasta su temperamento, cuidados, carácter, comportamiento, etc…

Definición y origen

El Dogo del Tíbet (Do-Khyi), Dogo Tibetano o Mastín Tibetano (Tibetan Mastiff) es una raza canina que surgió en la región del Tíbet. También es conocido popularmente en numerosas regiones del continente asiático como «Drog-Khyi«, cuyo significado es «perro nómada«. Este apodo se debe a las antiguas tribus nómadas que habitaban en el Himalaya. Los monjes tibetanos también los denominaban «Tsang-Khyi» que significa «perro de Tsang».

Esta raza oriental es una de las más ancestrales que se conocen y se conservan hoy en día. Su origen es un verdadero misterio y se remonta hacia el año 8000 a. C. aproximadamente. De ahí que sea conocida por ser una de las razas de trabajo más antiguas. Su herencia genética se vincula al lobo gris, la cual se sitúa hace más de 58 mil años. Las demás razas de perros evaluadas se sitúan alrededor de 42 mil años de sus parientes silvestres.

El Dogo del Tíbet tiene una conexión desde la antigüedad con las regiones de la meseta de Qingzang (meseta tibetana). Además de las regiones del Tíbet, Nepal, Himalaya, India y China. Las tribus nómadas de esas zonas afirmaban que corrían velozmente y se podían poner de pie como un burro. También decían que rugían ruidosamente como un león siendo hermosos y apuestos.

Antiguo Mastiff Tibetan
Antiguo Mastiff Tibetan

Se cree que de esta magnífica raza surgieron todos los mastines y perros de montaña de gran envergadura que existen actualmente. Aunque no hay pruebas que lo demuestre, se considera el padre de la mayoría de estas razas. Muchas razas grandes antiguas comparten en el ADN un linaje sanguíneo con el Dogo del Tíbet. Como por ejemplo el Rottweiler, San Bernardo, perro pastor inglés antiguo, etc…

Historia del Dogo del Tíbet

Aunque la historia del Dogo Tibetano es bastante amplia, los primeros indicios sobre su existencia se remonta al año 2000 a. C. Eran utilizados por los asirios como perros de guerra y para custodiar a los prisioneros. De hecho, aparecen perros muy parecidos al actual Dogo del Tíbet en bajorrelieves babilónicos, egipcios y griegos.

Los primeros registros de un perro enorme el cual pudo ser su antepasado datan del 1100 a. C. en China. Es probable que estos caninos acompañaran en las guerras a los ejércitos griegos, romanos y persas. Se cree que después de las guerras viajaron al Himalaya donde se asentaron y permanecieron ocultos durante varios siglos.

No obstante, la primera mención que consta en la historia sobre esta raza la hizo Aristóteles (384-322 a. C.). Más tarde, Marco Polo (1254-1324 d. C.), mercader y viajero veneciano, también los menciona en sus viajes por el continente asiático. Durante su estancia en Asia Oriental en 1270, hace referencia a unos perros de grandes dimensiones con una gran fuerza. Estos perros de guerra acompañaban al ejército del famoso guerrero y conquistador mongol Gengis Kan. En sus manuscritos «Los viajes de Marco Polo» elogiaba la grandeza física y mental de esta raza.

El Dogo Tibetano estuvo al borde de la extinción cuando el Tíbet fue invadido por China. Esto ocurrió por los años 50 del siglo XX, y prácticamente desaparecieron en su lugar de origen. Aunque, afortunadamente, muchos ejemplares llegaron a Nepal y a la India, donde la raza siguió desarrollándose. Más tarde se exportaron ejemplares a Gran Bretaña y a Estados Unidos. Allí fue donde se dieron a conocer por primera vez fuera de su país de origen.

Expansión por Europa

El cómo llegó esta raza a Europa y su posterior evolución y crianza no está del todo muy claro. Es probable que fueran algunos occidentales que durante el siglo XIX hubieran visitado el Tíbet. Descubrieran esta magnífica raza y simplemente los trajeran de regreso con ellos. Quizás fueran lo asirios en sus desplazamientos, los que los introdujeron en Europa Occidental. O incluso existe la teoría de que fuera el propio Gengis Kan. Que una vez terminada la guerra, regalara algunos ejemplares que llevaba como ejército a los gobernantes europeos.

Numerosos cinólogos europeos, fascinados por esta raza y su origen tibetano, lo han estudiado sin llegar a una conclusión certera. Como por ejemplo Jean Pierre Mégnin (veterinario y entomólogo francés) y William Youatt (cirujano veterinario inglés), entre otros. Muchos de estos cinólogos consideran que a partir de esta raza surgieron el resto de mastines y razas de montaña de gran tamaño.

Se basan en la teoría de que fue a través de las conquistas romanas y su invasión por el continente asiático. Esto pudo derivar a que el Mastín Tibetano se extendiera rápidamente por todo el Mediterráneo. Y dependiendo de la zona, se desarrollara dando lugar diferentes mastines y razas de montaña europeos. Como por ejemplo el Mastín Ingles, Mastín Napolitano, San Bernardo, etc…

Dogo del Tíbet o Mastín Tibetano

No obstante, la primera camada de dogos tibetanos registrada en Europa fue en 1898, en el zoológico de Berlín (Alemania).

Expansión por Gran Bretaña

El primero en importar un ejemplar en Inglaterra fue el Rey Jorge IV (1762-1830), cuyo reinado duró desde 1820 a 1830. Más tarde, en 1847, Charles Hardinge (1858-1944) envió un ejemplar a la Reina Victoria del Reino Unido (1819-1901). Hardinge fue un diplomático y político británico que sirvió como virrey en la India durante 1910-1916.

En 1873, se formó el «Kennel Club de Inglaterra«. El Mastín Tibetano se inscribió de manera oficial en el libro genealógico con el nombre de «Mastiff Tibetan«. A partir de ahí, dejó de conocerse por el nombre de «perro grande del Tíbet».

En 1874 el Rey Eduardo VII del Reino Unido (1841-1910) se llevó a Inglaterra una pareja de dogos tibetanos. Eduardo era hijo de la Reina Victoria y por aquella época regentaba el título de príncipe de Gales. Estos dogos se exhibieron en 1875 en el «Alexandra Palace Show».

El «Tibetan Breeds Association» se creó en Inglaterra en 1931 con el fin de preservar, proteger y perfeccionar la raza. Es el primer club de la raza Mastín Tibetano. En ese mismo año la AKC (American Kennel Club) estableció el estándar de esta raza. También la FCI acogió esta raza y estableció su propio estándar.

Fue en Gran Bretaña donde se comenzó a criar y a desarrollar esta raza tal y como la conocemos hoy en día. A partir de ahí, esta raza poco conocida en Europa, adquirió una gran popularidad. Se comenzó a integrar en las exposiciones caninas.

Con la Segunda Guerra Mundial, la cría de esta raza se paralizó completamente. No fue hasta el año 1976 que los criadores ingleses comenzaron de nuevo a importar estos perros.

Expansión por América

La expansión de esta raza por el continente americano fue muy parecida a la del continente europeo. A finales de la década de 1950 le regalaron al presidente de los Estados Unidos dos ejemplares de mastines tibetanos. Pero desaparecieron por completo y no se supo más de ellos tras haberlos llevado a una granja.

Su expansión por el continente americano comenzó en los años 70 del siglo XX. Se importaron varios ejemplares a Estados Unidos, los cuales se convirtieron en los perros de línea de allí. En 1970 se fundó el «American Tibetan Mastiff Association«.

Fue la «Kennel Club» quien nombró a este perro enorme del Tíbet como «Mastín Tibetano«.

Utilización

Los antiguos pastores nómadas del Himalaya los utilizaban como perros de trabajo para proteger el ganado y el rebaño. Gracias a su aspecto y su gran tamaño, lograban mantener a las fieras salvajes lejos del rebaño. También custodiaban las aldeas y protegían a los pastores de la presencia de depredadores y extraños.

Los monjes tibetanos los utilizaban como perro guardián donde vigilaban y protegían los monasterios. Todavía, a día de hoy, aún siguen utilizándose para estas labores por la zona del Himalaya.

Con una buena socialización evitaremos muchos problemas futuros y los paseos serán más agradables y llevaderos.

Adiestramiento del Dogo del Tíbet

Estos dogos deben criarse con firmeza y ecuanimidad. Es decir, que tengan un buen estado de equilibrio y estabilidad emocional. Para mantener este estado de su mente es importante no exponerlo a experiencias emocionales, dolor u otras situaciones similares. Son perros muy inteligentes e independientes y requieren un adiestramiento desde que son cachorros.

El amo de un Mastín Tibetano debe ser firme, coherente y poseer una autoridad natural. Al mismo tiempo debe ser amable, cariñoso, respetuoso y atento. Es fundamental mostrarnos con la suficiente seguridad para que nos considere el líder de la manada. Son perros con un carácter muy fuerte y de esta manera resultará más fácil que obedezcan nuestras órdenes. Además nos mostrarán respeto si los sabemos dominar. Si no lo logramos asumirá el mando como líder y se volverá ingobernable.

Dogo del Tíbet o Mastiff Tibetano

En General son bastantes obedientes, pero no obedecen si las órdenes no las consideran muy sensatas. No obstante son un poco tercos y cabezones con lo que hay que tener paciencia con ellos. En muchas ocasiones tendremos que repetirles las órdenes varias veces. Recordar que no son perros de circo y no podemos pretender que aprendan muchos trucos. Y tampoco que los repitan inmediatamente cada vez que queramos. Por eso no es una raza idónea y apta para las competiciones de obediencia y agilidad.

Con un adiestramiento muy estricto con demasiadas exigencias será inútil y en muchas ocasiones contraproducente. Es bueno y eficaz un buen acercamiento para que aprenda órdenes nuevas. Y sobre todo, un buen adiestramiento, debe llevarse a cabo a través del método del refuerzo positivo. Este se basa en recompensas cada vez que realice la acción que deseamos. Ya sea a través de caricias, mimos, buenas palabras, etc… o darles alguna golosina o juguete que le guste.

Recomendaciones

El Mastín Tibetano, por su poderío físico considerable y su fuerte personalidad, no es un perro apto para cualquier persona. Por eso no se aconseja a dueños irresponsables, con poca experiencia o primerizos o novatos. Esta raza es apropiada para dueños con conocimientos en educación canina y tenencia de perros de gran tamaño. También es importante que sepan aportarle bienestar al animal.

Además deben tener una condición física suficiente para poder controlar, en caso de necesitarlo, un perro de estas características. También deben tener experiencia en el adiestramiento canino avanzado. De no reunir estas características es conveniente recurrir a un experto en adiestramiento canino incluso antes de adoptarlo.

Si aun reuniendo estos requisitos no conseguimos un buen adiestramiento, también se recomienda la ayuda de un experto canino. Corregirá las malas conductas de nuestra macota y nos dará las órdenes necesarias para que no vuelva a ocurrir.

Estos perros son capaces de tomar decisiones por sí mismo, por eso debemos tenerlo siempre controlado. Especialmente si vivimos en zonas urbanas con mucha gente por las calles y zonas de paseo como parques. Se recomienda que durante el paseo por sitios con un gran tránsito de personas se utilice un buen arnés y bozal.

El cachorro Dogo del Tíbet

Los cachorros de Mastín Tibetano poseen mucha energía y son muy activos. Debemos dejar que quemen toda esa energía jugando con ellos y dejándoles que corran. Los mastines tibetanos jóvenes son muy traviesos y juegan de forma desordenada y con movimientos descoordinados por toda la casa. No obstante durante su época de crecimiento debemos vigilar su actividad. Si exceden demasiado pueden ocasionarles daños en los huesos, articulaciones y ligamentos que van creciendo suavemente.

Otra característica de esta raza es que desde muy pequeños son bastante grandes, ya que crecen rápidamente. El pelaje de un cachorro está preparado para soportar bien las temperaturas extremas y les da un aspecto de leones.

¿Cuándo alcanzan la madurez? Esta raza de perros tarda bastante en madurar. Los ejemplares macho tardan alrededor de 4 años alcanzar la madurez. En cambio, las hembras maduran un poco antes, entre 2 y 3 años.

¿Cuándo tienen las hembras celo? El Dogo del Tíbet es una raza muy antigua y primitiva. A diferencia de la mayoría del resto de las razas caninas, las hembras solo tienen un celo al año. Esta característica es idéntica a las hembras lobas, que también tienen un único celo anual.

¿Cuántos cachorros pueden tener? Generalmente en una camada suelen nacer unos 5 cachorros aproximadamente. Dentro de una misma camada pueden nacer cachorros de las dos líneas que se separan cuando comienzan a crecer. Los más pequeños (perros nómadas) para tareas de trabajo y los más grandes (perros Tsang) para utilizarlos como perros guardianes.

Adopción del Dogo del Tíbet

Actualmente resulta muy complicado adquirir un ejemplar de esta raza en cualquier lugar fuera de su país. Incluso en perreras y lugares de adopción será difícil encontrar uno. Debemos buscar un criador que esté especializado exclusivamente en esta raza. En Europa, por poner un ejemplo, únicamente podemos encontrar unos pocos criadores de confianza en Inglaterra. Allí apenas podemos encontrar unos 300 ejemplares de Mastín Tibetano.

Antes de adoptar un ejemplar Dogo del Tíbet debemos pensar si reunimos todo lo necesario para tenerlo. Desde una casa grande con un jardín amplio y tiempo para dedicarle, hasta los gastos que conllevará tener un ejemplar tan grande. Estos pueden ser comida, veterinario, una cama adecuada, collares, bozales, etc…

Además debemos saber si en nuestro país están catalogados como perros potencialmente peligrosos. En tal caso debemos tener un seguro de responsabilidad civil y conocer sus limitaciones de tenencia.

Fotos de Dogos del Tíbet cachorros

Dogo del Tíbet cachorro
Dogo del Tíbet cachorro
Dogo del Tíbet cachorro
Cachorros de Dogo del Tíbet
Cachorros de Dogo del Tíbet
Cachorros de Dogo del Tíbet

Curiosidades

El registro más antiguo que se tienen de un Dogo del Tíbet data del 1121 a. C. y se llamaba «Ngaug«. Este ejemplar lo ofrecieron como regalo al emperador «Wu Yi» (1147-112 a. C.) rey de China de la dinastía Shang.

El peculiar aspecto de estos dogos les ha llevado a utilizarse en circos como si fueran auténticos leones. Actualmente y por suerte esta práctica ya no sucede.

Antiguamente el Mastín Tibetano era bastante más grande que el que conocemos hoy en día. De ahí que Marco Polo lo describió como «alto como un asno y voz potente como un león«.

La gran mayoría de las fotos de dogos tibetanos que podemos ver en internet son perros de monasterio. Son perros colosales, imponentes y espectaculares. De hecho son catalogados por muchos como «el perro guardián más poderosos de China«.

Los criadores de esta raza aseguran que, además de su inteligencia, poseen cualidades casi místicas. Dicen que «tienen sangre de león y son la flor y nata de los machos reproductores en la familia de los mastines«.

El capitán Samuel Turner (dibujante y topógrafo) dirigió una expedición en 1783 a Bhután y posteriormente al Tíbet. En el año 1800, en sus memorias, menciona el uso de unos «perros enormes» en un informe de una embajada ante el tribunal del Teshoo Lama en el Tíbet. Aunque no da ninguna descripción de estos perros.

Precio del Dogo del Tíbet

Antiguamente, debido a que eran utilizados para trabajos y guerras, quizás no fueran muy caros. Pero actualmente el Dogo del Tíbet o Mastín Tibetano es considerado como la raza más cara del mundo. Se ha convertido en una mascota muy codiciada por numerosos personajes millonarios de todo el mundo. Todos quieren tener uno por su estatus de ser bastante caros.

Se consideran todo un «lujo exclusivo» por todo el continente asiático. Han revolucionado en estos últimos años el mundo de las mascotas principalmente por sus desorbitadas ventas.

¿Cuánto cuesta un cachorro Mastín Tibetano? El precio de un cachorro de estos dogos tibetanos está entre los 900 y 1200 Euros. Los podemos encontrar en Inglaterra que al cambio cuestan entre los 800 y 1000 libras esterlinas.

¿Cuál es el perro más caro del mundo? El perro más caro del mundo es un Dogo del Tíbet. El récord es de un impresionante ejemplar llamado «Hong Dong«. Fue comprado en China en el 2014 por un desconocido empresario chino. Este millonario, probablemente dedicado al mundo de la construcción, pagó la friolera cantidad de 1,9 millones de euros. Se dice que pretendía dedicarse a la cría de esta mística raza perruna.

Anteriormente, el registro de la venta más cara de un perro también la ostenta un Mastín Tibetano. Un ejemplar de color rojizo llamado «Big Splash«. Fue comprado por un magnate del sector del carbón chino por la cantidad de 1,6 millones de dólares. Se vendió en una exposición canina en marzo del año 2011 celebrada en China, concretamente en la provincia oriental de Zhejiangen.

5/5 - (3 votos)